Cádiz tiene algo especial. La poesía está en la tierra. Y fluye hacia sus habitantes. Siempre fluyó. El pasado árabe de la región se queda corto comparado con todos los influjos anteriores que le llegaron. Y la poesía fluye, al igual que fluye ahora el cante, único, flamenco, puro. Algo que no se da en ninguna otra parte del mundo. Mi abuelo nació en Cádiz, y éste es también un homenaje a él, a quien tanto recuerdo y echo de menos. Mezcló su sangre en Granada y luego en Almería, y aquí estoy yo, con una herencia que invita ser recordada, al rescate de poesías olvidadas, andalusíes en este caso. Nuestras, aunque pretendamos olvidarlo. Cuna de creadores, Cádiz nos ha dado tanto arte a través de sus hijos e hijas que resultaría retórico e impropio llenar este texto sólo con nombres célebres. Porque lo que cuentan son los hechos, y el arte que se respira en toda la provincia es el alimento, tanto de quien lo regala, como de quien lo recibe. El arte es una necesidad, algo que ...
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